La mañana de este domingo la hemos querido pasar de una manera un poco diferente, y nos hemos dejado guiar de la mano de Miguel y Montse y la Asociación "La Encina" a la que pertenecen para adentrarnos en una senda ecológica que bordea parte del río Tajo por Toledo.
Aunque la hora de comienzo era a las 10 de la mañana, decidimos esperar por si algún compañero que había anunciado su comparecencia llegara con retraso, y viendo que no íbamos a ser muchos más, decidimos emprender la ruta.
Nos pusimos en marcha mientras Miguel nos iba relatando algunas historias sobre la ciudad, los molinos del río que cuyo primer cometido fue para moler trigo y después algunos se utilizaron como pequeñas centrales eléctricas, las divisiones donde se asentaron los republicanos y los nacionalistas, historia en general de los diamantistas de Toledo, sus tesoros y la historia de esos tesoros (su procedencia, dónde permanecieron ocultos, sus intercambios con Francia, etc.).
Una mañana en la que hemos aprendido una pequeña parte de la historia de Toledo que desconocíamos.
A medio camino nos detuvimos para realizar la pequeña escalada que Miguel nos había prometido mientras íbamos dando cuenta del bocata que llevábamos. Con ayuda de Montse desplegaron el material de cuerda y accesorios que portaban y comenzaron a asegurar un par de vías de fácil acceso.
La primera era una pequeña vía de poca distancia pero bastante técnica, ya que era bastante recta y no disponía de apenas salientes para agarrarse. Aunque era cortita, había que currárselo.
Cuando hubimos calentado con este primer encuentro con las rocas, nos atrevimos con la segunda vía. Ésta era más larga aunque tenía más agarres. De todas formas había que ser meticuloso, porque a la mitad de recorrido había que hacer un cambio lateral hacia la derecha de la pared para poder seguir subiendo y el tramo final era bastante recto y sin fisuras ni salientes.
La verdad es que nos han hecho descubrir un deporte donde prima la tranquilidad para vislumbrar los agarres que desde abajo todo el mundo ve, pero el que se encuentra a unos cuantos metros del suelo le cuesta trabajo reconocer. La falta de experiencia, como en todo, es decisiva y seguro que para la próxima haremos que nuestros pasos sean un poco más certeros.
Tras recoger el material, terminamos la ruta que teníamos prevista ( ya que la ruta continúa hasta La Puebla de Montalbán 26 km. más o hasta Aranjuez otros 45 km. más) y nos dirigimos al aparcamiento. Allí nos trasladamos hasta un bar conocido para refrescarnos con una cervecita fresquita y unas tapas.
Con este pequeño refrigerio dimos por concluida nuestra primera salida, ya que la experiencias ha sido buenísima y nos lo hemos pasado en grande con la senda y la escalada, así que es posible que con el tiempo concertemos otra salida para descubrir nuevos lugares y tomar contacto de nuevo con la naturaleza.
Ya están disponibles las fotos en nuestra página de facebook BUDO TOLEDO karate y jiu jitsu.
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